Relaciones

Factores que deterioran las relaciones personales

Relaciones personales

Son muchos los factores negativos que impiden las relaciones humanas, entre otras cosas porque las relaciones interpersonales están sujetas al cambio permanente de las personas que las establecen. Todos cambiamos y las circunstancias también.

Este artículo se centra en todos los factores que impiden las relaciones humanas. Del mismo modo, también se puede utilizar en sentido inverso, con el fin de lograr la ruptura de la relación, seguramente por motivos justificados. Un destornillador sirve para apretar tornillos… pero también sirve para aflojarlos.

Te invito a detenerte en este destornillador de relaciones para que analices todos los factores que afectan a las relaciones humanas. Como verás, todo lo expuesto se puede aplicar a cuestiones de pareja y a todo tipo de relaciones interpersonales.

Sirve para tomar conciencia de los factores negativos que impiden las relaciones humanas. Una vez tenidos en cuenta esos factores podremos eliminarlos, También podemos potenciarlos, si lo que queremos es poner fin a una relación y no sabemos muy bien cómo.

Factores que afectan a las relaciones humanas

Este es un artículo que se pensó inicialmente para especialistas en relaciones humanas. No obstante, puede ser de interés a cualquier interesado en el mundo de las relaciones interpersonales.

Cuando pensamos en una relación nos vienen a la imaginación algunas cosas concretas capaces de mejorarla o de empeorarla. En realidad, las variables capaces de complicar la salud de una relación son numerosas. En cualquier caso, lo importante es saber detectar todos esos elementos influyentes con el fin de poder contrarrestarlos o potenciarlos a nuestro antojo.

Factores que favorecen la ruptura de las relaciones personales

Podemos establecer tres grandes grupos de variables que afectan a las relaciones personales: las cualitativas, cuantitativas y lo que hemos denominado como otras. No te dejes impresionar por la terminología, porque es todo de sentido común.

Es evidente que una relación no se existe en el vacío. En realidad, nuestro universo relacional se extiende en forma de red. Las redes se intercomunican e interaccionan a todos los niveles. Las relaciones en exclusiva solo existen en la imaginación de los celosos y los dominantes, pero no en la realidad.

Cuanto más extensa y abierta sea la red de relaciones, más favorable será el cambio. Esto lo saben bien los dominantes que aíslan a sus parejas.

Ejemplos de influencias externas son los siguientes:

  1. Influencias Familiares: La familia puede influir de manera significativa en las relaciones, ya sea a través de sus opiniones, valores, o expectativas.
  2. Presiones Sociales y Culturales: Las normas sociales y culturales pueden impactar en cómo las personas perciben y manejan sus relaciones. Esto puede incluir expectativas sobre roles de género, edad para casarse, etc.
  3. Amigos y Grupos de Pares: Los amigos y compañeros pueden influir en la forma en que vemos y manejamos nuestras relaciones, ya sea a través de consejos, opiniones o incluso presión para comportarse de cierta manera.
  4. Factores Económicos y Laborales: El estrés financiero o las exigencias laborales pueden afectar el tiempo y la energía que las personas pueden dedicar a sus relaciones.
  5. Tecnología y Redes Sociales: La tecnología, especialmente las redes sociales, puede influir en las relaciones, a veces creando malentendidos o celos, y en otros casos facilitando la comunicación.
  6. Cambios de Vida Significativos: Eventos como mudanzas, nacimiento de hijos, enfermedades, o cambios en la carrera profesional pueden alterar la dinámica de una relación.
  7. Influencias Políticas y Religiosas: Diferencias o cambios en creencias políticas o religiosas pueden generar tensión en las relaciones. Al principio estas diferencias se suelen obviar, pero con el tiempo surgen con fuerza.
  8. Medios de Comunicación: Las representaciones de relaciones en películas, televisión y literatura pueden influir en las expectativas y percepciones de las personas sobre las relaciones ideales.
Factores negativos que impiden las relaciones humanas

Las personas somos en cada momento dado de una determinada forma y tenemos unas necesidades. En otro momento y con otras vivencias tenemos otras necesidades diferentes. Es verdad que los cambios no son grandes, salvo si incluimos el factor tiempo.

No solo crecemos acumulando conocimiento, sino que también lo hacemos cambiando actitudes y preferencias. Por lo tanto, es fácil que una relación se transforme para bien o para mal cuando las partes acumulan experiencias diversas que llevan a nuevas necesidades.

Está claro que las necesidades que tenemos a los 18 años no son las mismas que tenemos a los 60, por poner un ejemplo extremo. Por lo tanto, la forma en que nos vamos “edificando” nos transforma y puede cambiar de modo natural el sentido de las relaciones personales.

Sucede con parejas cuyos miembros se separan una temporada por cuestiones de trabajo y al regreso todo es más complicado, porque las vivencias del que se fue en cierto modo lo cambiaron.

No todo en el ser humano es crecimiento, también convivimos con la involución en múltiples aspectos. La decadencia hace que nos transformemos cualitativamente y que probablemente nos haga menos interesantes para determinada relación.

La decadencia se puede fomentar o se puede paliar con nuevas experiencias, nuevas metas, incorporando nuevos miembros al grupo, en definitiva, incentivando la relación y simplificando sus costes en cualquier sentido. Se da esta circunstancia cuando una persona se abandona, cuando una sociedad cambia de estilo de gestión, o cuando un socio se encuentra con problemas personales que le afectan a nivel resolutivo. No es una situación infrecuente.

Ejemplos de aspectos que influyen en la decadencia de la relación son los siguientes:

  1. Estrés y Ansiedad Crónicos: El estrés y la ansiedad sostenidos pueden llevar a problemas de salud mental y física, afectando la capacidad de una persona para mantener relaciones saludables. Mucho estrés o mucha ansiedad transforman a las personas de un modo dramático.
  2. Adicciones: Las adicciones, ya sean a sustancias como alcohol y drogas o a comportamientos como el juego, pueden consumir la atención y los recursos de una persona, dañando sus relaciones.
  3. Depresión y Otros Trastornos Mentales: La depresión y otros trastornos mentales pueden hacer que una persona se retraiga, afectando la comunicación y el compromiso en sus relaciones.
  4. Problemas Económicos: Las dificultades financieras pueden generar estrés y conflictos, afectando la armonía en las relaciones personales y familiares.
  5. Falta de Habilidades de Comunicación: Una comunicación deficiente puede llevar a malentendidos y conflictos, erosionando la calidad de las relaciones.
  6. Autoestima Baja: La baja autoestima puede hacer que una persona se sienta indigna de amor y respeto, afectando sus interacciones y relaciones.
  7. Conflictos Laborales y Estrés Profesional: Un ambiente de trabajo hostil o un estrés laboral excesivo pueden drenar la energía emocional de una persona, limitando su capacidad para participar activamente en relaciones personales.
  8. Aislamiento Social: El aislamiento, ya sea voluntario o involuntario, puede llevar a la soledad y a la falta de apoyo social, lo cual es crucial para el bienestar emocional.
  9. Traumas y Experiencias Negativas: Traumas no resueltos o experiencias pasadas adversas pueden influir en cómo una persona percibe y se relaciona con los demás.
  10. Problemas de Salud Física: Enfermedades crónicas o discapacidades pueden cambiar la dinámica de las relaciones, a veces poniendo presión adicional en la persona afectada y sus seres queridos.

Estos factores, especialmente cuando no se abordan o se manejan de manera inadecuada, pueden conducir a un deterioro en la calidad de las relaciones interpersonales de una persona.

Ante estos casos se debe valorar si vale la pena mantener la relación, aun a riesgo de vernos arrastrados. Cuando no existe un vínculo personal y nos contestamos que sí a esta pregunta, puede que en realidad estemos satisfaciendo una necesidad personal de terapeutas frustrados, o de heroicos mecánicos de la vida. Si es así, está bien, pero debemos tener claro que estamos satisfaciendo NUESTRA necesidad, y que no lo hacemos por altruismo ni por puras cuestiones de amor o bondad al prójimo.

Los recursos personales, a diferencia de los materiales, suponen una transformación siempre cualitativa de la persona. Si poseemos muchas casas nos transformamos cuantitativamente en poderosos en patrimonio. Al contrario, si incrementamos nuestros conocimientos nos transformamos cualitativamente en otra persona más hábil y con más opciones.

Para comprender mejor esta idea es necesario asimilar bien las dimensiones de los recursos personales.

Las relaciones personales

Estos factores suponen la acumulación mensurable y objetivable de alianzas y recursos materiales.

Las alianzas cambian a las personas. Establecer una alianza (ser amigo de…) nos determina la libre determinación. Las alianzas muchas veces suponen caminos con difícil vuelta atrás, en tanto que obligan a posicionarse y a transformarse de alguna manera para adaptarse a las exigencias de los aliados.

La alianza es un tipo de relación que siempre es más ventajosa para el más fuerte. Cuantas más alianzas se establezcan, más campos de acción se establecen y se dispone de menos autonomía, porque el aliado exige condiciones. Ejemplo: si tienes muchas amistades incompatibles debes navegar constantemente para evitar verte enredado en las consecuencias de sus conflictos.

En el terreno de lo personal, cuantos más grupos se frecuente, más influencia se tendrá y más compromisos se adquirirán. Ello redundará en detrimento de relaciones simples que estarán sobrepasadas por las exigencias de las alianzas. Si yo tengo muchos grupos de amigas, igual no tengo demasiado tiempo para mi pareja. Si me debo a varios grupos sociales, mi opinión y mi comportamiento se deberá adaptar a esos grupos, que puede que en algunos aspectos sean incompatibles.

Las personas muy sociables están sometidas a muchas influencias por parte de todos los grupos que frecuentan.

Los recursos materiales cambian las posibilidades de las personas, para bien o para mal. Una pérdida grande de recursos materiales cambia la situación social de cualquier persona. Al contrario, una fuerte incorporación cuantitativa de recursos mejora siempre las posibilidades de cualquiera.

En teoría, en cuanto a recursos materiales, todos estamos de acuerdo que cuanto más tengamos siempre es mejor. Eso es así en principio. A la larga puede que no sea así, pero cuando esto sucede es porque han entrado en juego aspectos personales que han arruinado la potencialidad de los recursos materiales.

De todos modos, es evidente que una fuerte ganancia o pérdida de recursos materiales transforman a las personas y con ellas a sus relaciones.

relaciones personales

En este apartado indefinido se incluyen dos factores muy comunes: la saturación y los cambios en el entorno.

Por saturación entendemos el punto en que el entorno deja de suponer un estímulo para pasar a ser una carga rutinaria. Hablamos de aburrimiento de la relación, por ejemplo.

La saturación es casi inevitable en determinados puestos de trabajo mal diseñados y mal organizados de los que es complicado subsistir indemne sin llegar a la despersonalización y a implicarse lo menos posible.

En las relaciones personales, la saturación se puede prevenir, por ejemplo, incrementando los aspectos positivos de la relación por las dos partes.

En el terreno de lo personal, hay relaciones extremadamente aburridas que se mantienen por inercia y por costumbre. Muchas veces la saturación se sustenta en la falta de las influencias cuantitativas y cualitativas expuestas arriba. También se mantiene la relación saturada en personas con unos principios conservadores de abnegación y de sometimiento a una realidad a la que no se sabe ver alternativa.

Los entornos son cambiantes. Algunos contextos son más cambiantes que otros. Hay sociedades muy cerradas en las que el cambio es casi imposible. Por el contrario, en el estilo de vida de las ciudades modernas los cambios son la norma. Se cambia de amigos, de trabajo, de casa, de pertenencias materiales, de barrio… de todo.

Un cambio del entorno puede hacer inútil y costosa una alianza. También puede hacer obsoleta una relación que ya no ofrece un producto necesario y exclusivo porque hay alternativas mejores.

El entorno puede ser favorable o desfavorable para las relaciones establecidas, por lo tanto, si favorecemos un cambio de entorno alteraremos seguro el estado de la relación, siempre según nuestras necesidades (para bien o para mal).

Podemos cambiar de entorno para evitar influencias o para incorporar nuevos estímulos. En cualquier caso, el cambio de entorno puede sorprendernos, porque cambia nuestro medio, o podemos provocarlo nosotros, emigrando hacia entornos mejores.

Una mente intuitiva piensa que no necesita nada de lo leído hasta ahora. Los intuitivos se conforman con el primer análisis o idea que les viene a la mente. El resultado suele ser un pensamiento circular, siempre desde las mismas premisas y hacia los mismos resultados.

Al contrario, una mente analítica busca infatigablemente nuevos asideros desde los que asimilar la realidad. Si este es tu caso, entonces repasa el artículo y dale las vueltas que haga falta hasta tomar conciencia de dos cosas:

  • En qué punto estás, lo que vendría a ser tu diagnóstico de lo que motiva tu situación.
  • Qué factores puedes potenciar con objeto de romper o reforzar esa relación que te preocupa.

Si estás en una situación insoportable y necesitas cambiar, utiliza estas ideas para elaborar tu plan. No dejes que tu vida se tiña de gris permanente simplemente por no hacer nada. El sufrimiento, muchas veces, es opcional. No malgastes tu vida con malas relaciones.

Al final somos pura estrategia. Nunca hacemos nada por que sí. Todo obedece a un plan más o menos rudimentario y más o menos implícito. Por lo tanto, es bueno tomar conciencia de qué nos pasa, por qué nos pasa y cuáles son los puntos de cambio sobre los que situar nuestras palancas.

Realmente, es responsabilidad nuestra el trabajar por escapar de los callejones sin salida que suponen algunas relaciones. De igual modo, es nuestra responsabilidad trabajar por proteger aquello que más nos interesa conservar de nuestra vida relacional.

Sea cual sea tu caso te animo a intentarlo y espero tus vivencias y comentarios.

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Como psicólogo, después de toda una vida dedicada a la gerencia y organización de grupos pienso que el ser humano no puede entenderse si no es en relación con los demás. Me alegro de poder compartir contigo mis aprendizajes a cerca del complicado mundo relacional.
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